¿DÓNDE INVERTIR SEGÚN TU EDAD Y AVERSIÓN AL RIESGO?
Son tres los principales factores que determinan nuestra forma de invertir: el objetivo de rentabilidad, la aversión al riesgo y el horizonte temporal. Pero la edad del inversor también influye de forma directa a la hora de escoger los instrumentos y activos propios de la inversión. Entonces, ¿cómo debe ser mi cartera de inversión? Todo depende de tu capital, tus objetivos financieros y tus necesidades. Especialmente tus necesidades, ya que no serán las mismas hoy que hace diez años y eso influirá sensiblemente sobre tu tolerancia al riesgo. Hoy te contamos dónde invertir según tu edad y aversión al riesgo. Te daremos algunas recomendaciones e ideas respecto a instrumentos, activos y en definitiva sobre cómo deberías conformar tu cartera en base a estos dos factores.
Cómo optimizar mi inversión según edad y aversión al riesgo
Tal y como explicábamos en la introducción, edad y aversión al riesgo están estrechamente vinculados. De forma natural, cuando somos jóvenes nuestra capacidad a la hora de asumir riesgos es mayor. En general, porque le tenemos menos miedo a todo. Y particularmente, porque tenemos más tiempo para recuperar las pérdidas y por la ausencia de cargas familiares. A medida que envejecemos, la exposición al riesgo va diluyéndose. Por ejemplo, en una etapa más temprana lo habitual es que predominen activos de renta variable en la cartera del inversor joven. Según su edad avanza y, sobre todo, a medida que se aproxima a la jubilación, se van reduciendo este tipo de productos.
Cabe destacar que en cualquier momento puede surgir una crisis económica que dé al traste con nuestros objetivos de rentabilidad. Por eso, es recomendable revisar nuestra cartera en edades en torno a los 60 años y reducir el riesgo al mínimo. Incluso a partir de los 55, deberíamos ir pensando en esto para proteger el dinero que hayamos acumulado hasta ese momento. El mercado financiero ofrece productos con una política de ubicación del capital que, a medida que se aproxima a una fecha determinada, va reduciéndose paulatinamente y de esa forma minimiza el riesgo de la cartera. Este es el mejor modo de regularizar nuestros ahorros e invertir según edad y aversión al riesgo.
Entonces, ¿cómo debería ser mi cartera de inversión? Pues, partiendo de la base que, a más edad, menos exposición al riesgo mostramos, podríamos aplicar la regla del 120. Una regla sencilla que sigue esta filosofía y nos ayudará a optimizar la distribución de nuestra cartera de inversión.
Inversión según edad y aversión al riesgo: la regla del 120
Como decimos, la fórmula es muy sencilla y va a contribuir a una correcta regularización de nuestras inversiones. Se trata, simplemente, de restar a 120 la edad que tengamos en ese momento. El objetivo es determinar el porcentaje de renta variable que debería formar parte de nuestra cartera. O, mejor dicho, destinar el porcentaje restante a productos de renta fija. En el caso de inversores con mayor tolerancia al riesgo, el 120 es sustituido generalmente por el 110 o incluso el 100. Con un ejemplo se entenderá mucho mejor.
Pongamos que un inversor tiene 50 años. Si a 120 le restamos 50, el resultado es 70. Por tanto, el porcentaje con el que comenzaría su inversión en renta variable sería del 70%. El resto, 30%, sería inversión en renta fija. Según la regla del 120, a partir de los 20 años, la renta fija aumentaría un punto porcentual por cada año que pasa. Es decir, según vamos cumpliendo años, disminuye el porcentaje de renta variable de nuestras inversiones.
De otra parte, cuanto mayor es el horizonte temporal de la inversión, la renta variable gana más peso en una determinada cartera. Y por lógica, aumenta la renta fija a medida que nos acercamos al momento de retirar nuestro capital. La renta variable predomina cuando somos jóvenes, puesto que tenemos más tiempo tanto de amasar capital como de recuperar posibles pérdidas. Además, la rentabilidad es mayor que con la renta fija, aunque conlleve más riesgo.
La edad del inversor es tan importante como sus circunstancias familiares y su situación financiera en el momento de la inversión. Por tanto, cuando hablamos de invertir según edad y aversión al riesgo, hay que tener en cuenta también cuáles son nuestras necesidades a corto, medio y largo plazo. Esto será lo que defina la distribución de nuestra cartera de inversión.
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Esperamos que te haya servido el artículo para poder orientar mejor tu cartera de inversión según tu edad y aversión al riesgo. Ya sabes que lo normal es que la tolerancia al riesgo sea inversamente proporcional a nuestra edad. Aunque, por supuesto, existen diferentes perfiles de inversores con independencia de cuál sea su edad. Recuerda aplicar la regla del 120 y reducir la inversión en renta variable según te acercas a la edad de jubilación. Es decir, a medida que se aproxima el momento de retirar nuestro capital.