sacamos algo bueno 2022

 

 

ALGO BUENO EN LOS MERCADOS FINANCIEROS

18/01/2023

 

Ya hemos terminado el 2022 y muchos inversores pensaremos: ¡Por fin!, porque el 2022 ha sido un año duro para cualquier tipo de inversor.

 

El inversor que no era inversor y lo tenía todo en liquidez en el banco, ha perdido poder adquisitivo por la inflación.

 

El inversor conservador, que pensaba que estaba asumiendo poco riesgo en los bonos de gobierno, ha descubierto que no era así, que no solo hay riesgo en lo que compras, sino también en lo que pagas por ello.

 

El inversor que se creía coleccionista, pero era especulador, ha descubierto en el mejor de los casos que los árboles no crecen hasta el cielo y en el peor de los casos que hay mucha gente sin escrúpulos.

 

Por último, el resto de inversores hemos visto como nuestras inversiones eran arrastradas por la misma marea que ha afectado a las anteriores: la inflación, la subida de tipos, las altas valoraciones y la explosión de la burbuja de la especulación.

 

¿Podemos sacar algo bueno de las caídas de la bolsa y los bonos en 2022?

 

Sí, que este sufrimiento no ha sido en vano, porque ha mejorado la rentabilidad que podemos obtener por nuestro dinero a partir de ahora.

 

En enero de 2022 el gobierno español emitió un bono a 10 años al +0,7% de rentabilidad. Desde entonces, las subidas de tipos de los bancos centrales han provocado que si el gobierno emite un bono similar ahora, tenga que hacerlo al +3,5%.

 

Es evidente que nadie va a querer comprar el bono de enero al precio de enero, cuando puede comprarle un bono similar al gobierno a un precio con el que consigue un +3,5%. Eso supone que el precio del bono de enero tiene que bajar lo suficiente como para que la rentabilidad que se obtenga de él sea igual a la del nuevo bono[1].

 

Esto no significa que si compramos el bono en enero la rentabilidad que obtendremos hasta que nos lo paguen en 2032 haya cambiado, va a seguir siendo un +0,7% al año. Lo que significa es que habríamos podido obtener mucha mejor rentabilidad si hubiéramos esperado menos de un año.

 

Lo bueno es que ahora partimos de una rentabilidad más alta y esto supone que tenemos más protección frente a caídas futuras, una especie de paracaídas[2]. No obstante, que esta rentabilidad sea aceptable o no dependerá de la inflación. Un 3% puede parecer atractivo cuando hace un año nos daban un 0%, pero no lo es si la inflación está en el 8%.

 

¿Qué va a pasar con la inflación en 2023?

 

En los últimos dos meses los datos de inflación han empezado a moderarse y eso ha hecho que el banco central americano haya subido tipos en diciembre un 0,5% en vez de un 0,75%. El europeo ha sido menos comprensivo con los hipotecados, porque llega más tarde que Godot.

 

Aun así, los bancos centrales son conscientes de que en los años 70 sus antepasados dieron por muerta a la inflación antes de tiempo y eso provocó que volviera igual que un zombi al que das por acabado sin haberle dado un tiro en la cabeza.

 

Quizás por eso su mensaje es que no deberíamos esperar bajadas de tipos en 2023, como mucho una pausa en las subidas. Si esto es realista, o forma parte de su actuación bajo la “teoría maradoniana de los tipos de interés” no lo saben ni ellos, porque depende de lo que haga la inflación.

 

En resumen, no podemos saber lo que nos deparará el 2023, pero hay que estar preparados para todo. Tampoco podemos saber si el punto del que partimos es suficientemente atractivo como para compensar a la inflación. No obstante, por lo menos sabemos que es mucho más atractivo que el que teníamos hace un año y eso es algo bueno para los que invertimos mes a mes. Muy bueno.

 

 

[1] Puesto que nos van a pagar 100 en el vencimiento, cuánto más bajo sea el precio más rentabilidad obtendremos desde ahí hasta los 100 que nos darán. En este caso, la caída en precio ha sido de más de un 20%.

[2] Si un acción que vale 100 euros nos paga 1 euro de dividendo al año, la rentabilidad por dividendo que obtenemos es del 1%. Para que esa mismo acción nos dé un 1% más, es decir un 2% de rentabilidad por dividendo, necesitamos una caída del 50%, porque 1 euro es un 2% de 50 euros. En cambio, si la rentabilidad por dividendo es del 10% (10 euros de dividendo sobre un precio de 100 euros), para que nos dé un 1% más, es decir un 11%, necesitamos una caída del 9,1%, porque 10 euros es un 11% de 90,9 euros. Esto sin contar que en un caso hemos cobrado solo un 1% de dividendo y en el otro un 10%. Con los bonos es similar, pero menos dramático, porque en algún momento te devuelven el principal y eso amortigua los cálculos.

 

 

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