LA BICICLETA DE LA MENTE
23/10/2020
Entre los artículos que influyeron a Steve Jobs de joven destaca especialmente uno que ordenaba a los seres vivos según la energía que gastaban para avanzar un kilómetro. El resultado era demoledor para los seres humanos: el cóndor era el animal más eficiente, mientras que los humanos no llegábamos ni a mitad de tabla.
Que el ser humano quedara en evidencia no era muy grato, por lo que a la revista se le ocurrió incluir también el resultado de un humano en bicicleta, devolviéndonos holgadamente a la cima que nos corresponde.
Es de ese artículo de donde procede el origen de una de las frases más célebres del fundador de Apple: “el ordenador es la bicicleta de la mente”.
Quizás los seres humanos no seamos muy eficientes corriendo, pero ninguna otra especie nos gana en nuestra habilidad para inventar y usar herramientas para amplificar nuestras capacidades. Al menos hasta que vengan los extraterrestres de las pelis.
¿Qué es este efecto amplificador?
En finanzas a este efecto amplificador se le suele denominar apalancamiento[1]. Ese nombre viene de otro invento humano: la palanca; un mecanismo capaz de amplificar nuestra fuerza de manera que podamos levantar mucho más peso del que seríamos capaces sin usarla.
Un invento tan potente que Arquímedes llegó a decir de él: “Dadme una palanca lo suficientemente larga y un sitio en el que apoyarme y moveré La Tierra”. Un poco fantasma el genio griego…
Durante miles de años los seres humanos hemos vivido en sociedades donde el apalancamiento no era relevante: cuánta comida obtenías dependía de cuántas horas te pasabas arando. Un mundo en el que el progreso era lineal y estaba unido al crecimiento de la población: para obtener el doble de comida necesitabas el doble de tierra y el doble de agricultores. Entre nosotros, un mundo que no molaba mucho.
Sin embargo, en los últimos 200 años la composición de conocimiento nos ha permitido convertir ese proceso lineal en uno exponencial[2]. Hemos descubierto cómo amplificar nuestras habilidades, cómo apalancarnos para conseguir más con menos. Gracias a esto muchos vivimos mejor de lo que vivía un rey de la antigüedad[3].
Una forma más científica de ver esto es con este gráfico de la evolución del PIB per cápita del mundo en los últimos 2.000 años[4][5][6][7]:
Fuente: "Statistics on World Population, GDP, and Per Capita GDP, 1-2008 AD", Angus Maddison (University of Groningen), elaboración propia
Todos nos hemos beneficiado de este apalancamiento como consumidores y, dado que no todos podemos ser inventores o empresarios, muchos menos lo hemos hecho como trabajadores. Sin embargo, nada nos impide beneficiarnos también como propietarios de empresas a través de la inversión en bolsa.
De esa forma no solo nos beneficiaremos del ingenio humano, sino que también nos beneficiaremos de otra forma de apalancamiento: el tener dinero trabajando para nosotros sin hacer nosotros nada.
Este artículo es el primero de una serie de artículos sobre el apalancamiento. Si quieres saber como aumentar tu ahorro exponencialmente o por qué endeudarse puede ser tan peligroso, no te pierdas nuestros próximos ¿Sabías que…?
[2] Hoy una persona puede producir lo mismo que miles de personas hace 500 años.
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