UN ARMA DE DOBLE FILO
24/12/2020
Hay nombres que siempre van unidos en la mente de la gente: Lennon y McCartney; Oliver y Benji; Thelma y Louise; Mario y Luigi...
En el mundo de la inversión una pareja destaca por encima de ninguna otra: Buffett y Munger; pero resulta que originalmente esa pareja era un trio. Hace más de 50 años eran Buffett, Munger y Guerin; pero hoy en día nadie conoce a Rick Guerin.
¿Qué pasó con Rick Guerin?
Eso fue lo que le preguntó hace unos años a Warren Buffett un inversor tras gastarse varios millones de dólares para poder cenar con él[1]. Buffett le aclaró que tanto él como Charlie Munger sabían que serían increíblemente ricos con el paso del tiempo y no tenían prisa. En cambio, Rick Guerin tenía prisa y prefirió endeudarse para invertir y ganar dinero más rápido.
Cuando la bolsa tuvo una de sus grandes caídas a mediados de los años 70, sus acreedores exigieron a Guerin la devolución de la deuda y Guerin se vio obligado a vender sus acciones en el peor momento[2].
El uso de deuda para realizar una inversión es lo que se conoce como apalancamiento financiero y es lo que hizo Guerin para hacerse rico más rápido primero y pobre muy rápido después.
¿Cómo funciona el apalancamiento financiero?
Supongamos que nos vamos a comprar una casa de 100.000€. “¡Venga ya, no hay casas por ese precio!”. Cierto, pero es mejor para los cálculos. Si la compramos usando nuestro dinero sin hipoteca y en un mes la vendemos por 120.000€, es fácil calcular nuestra rentabilidad: 20.000€ de ganancia sobre 100.000€ de inversión es un 20% de rentabilidad. Aquí es donde se agradece haber elegido una casa de 100.000€ y no una de 359.840€. El cálculo es mucho más rápido y sencillo.
Pero es raro ver a alguien pagando su casa sin usar deuda, quizás incluso más raro que encontrar una casa por 100.000€. Supongamos entonces que para comprarla le pedimos un préstamo de 80.000€ al banco, por lo que solo ponemos 20.000€ de nuestro dinero. Una vez más la vendemos por 120.000€ y volvemos a ganar 20.000€, la diferencia es que esta vez solo hemos invertido 20.000€, por lo que tras devolver al banco sus 80.000€ tenemos 40.000€ y nuestra rentabilidad sobre lo invertido es del 100%.
“¡Esto es maravilloso!”, pensará alguno mientras descuelga el teléfono para llamar al banco para pedir un préstamo. No lo hagáis todavía. Pensad primero en lo que le pasó a Guerin.
Pensad en lo que pasa si en vez de vender la casa por 120.000€ la vendemos por 80.000€. ¿Cuál es nuestra rentabilidad entonces? Ninguno de nosotros quiere ni mencionarlo, aunque lo sabe: -100%. Habremos perdido todo lo invertido.
“¡Pe…pe…pero si el precio de mi casa solo ha caído un 20%!” Cierto, pero eso es lo que pasa al estar apalancado, que se magnifican los movimientos sobre nuestra inversión ¡en ambos sentidos! El apalancamiento financiero es un arma de doble filo, cuando va a nuestro favor es fantástico, pero cuando no…
Evidentemente hay distintas formas de apalancarse y por suerte la hipoteca es sin duda la más ventajosa. Mientras podamos pagar la cuota, al banco le da igual que la casa haya bajado de valor y eso hace más difícil que nos pase como a Guerin.
Eso no ocurre con el apalancamiento para invertir en bolsa[4]. Este sí que está ligado al valor de los activos y por tanto es mucho más peligroso.
Esta es la razón por la que el apalancamiento financiero sí que tiene desventajas y riesgos. Si tenemos que usarlo, mejor hacerlo de manera prudente, no vayamos a tener que volver a la casilla de salida como Rick Guerin[5].
¡Feliz Navidad a todos!
[1] Una vez al año Warren Buffett subasta una cena con él y el dinero va a ONGs.
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