¿DÓNDE ESTÁ TU FERRARI?
29/05/2019
Hay un chiste muy apropiado para empezar este artículo:
¿Sabes que si en vez de comprarte un paquete de tabaco al día durante los últimos 20 años, hubieras ahorrado e invertido ese dinero, ahora podrías tener un Ferrari?
¿Tú fumas?
No, ¿por?
¿Y dónde está tu Ferrari?
Aunque la persona que no fumaba se ahorraba un dinero importante por ello[1] aun así ha sido capaz de encontrar la forma de gastarse ese dinero en otras cosas.
Eso es porque ahorrar no es tan fácil como dejar de gastar en una cosa concreta.
Si no, es fácil que entremos en una rueda de gasto y caprichos estilo “solo esta vez” de la que no podamos salir, aunque corramos más rápido, como en el mundo de la Reina Roja.
¿Qué podemos hacer para ahorra de verdad?
La mejor forma de salir de esa rueda es romperla y no permitir que las tendencias que nos llevan a gastar lo que nos ahorramos en tabaco aparezcan. Por eso, hoy, tras muchos artículos hablando del ahorro sin ofrecer soluciones a estos problemas, ha llegado el momento de presentar la mejor solución que conocemos: automatizar el ahorro.
Automatizar el ahorro es un método por el que decidimos, por ejemplo, que porcentaje de la nómina queremos ahorrar, lo implementamos y, ¡voilà!, ya no tenemos que volver a pensar en el ahorro.
El proceso es el siguiente: una vez decidido qué porcentaje queremos ahorrar, lo único que tenemos que hacer es crear transferencias automáticas desde nuestra cuenta a las cuentas en las que queramos ahorrar o invertir el dinero.
Es importante que estas transferencias se ejecuten el mismo día en el que recibimos el ingreso, de manera automática, para que nosotros ni lleguemos a ver ese dinero en nuestra cuenta habitual y nunca lleguemos a contar con él.
También es fundamental que sea automático, decidir solo una vez y dejarlo así para siempre. Imaginaros que en vez de hacerlo automáticamente tuviéramos que meternos todos los meses en la cuenta y decidir en ese momento cuanto vamos a ahorrar ese mes. En ese caso todos los problemas y excusas que nos impiden ahorrar empezarían a hacer de las suyas. Por el contrario, si es automático, al tercer mes ya ni nos acordaremos de que estamos ahorrando.
Es verdad que hay unas pocas personas especiales que serán capaces de ahorrar mucho más siguiendo otro método, el del sacrificio ahorrando todo lo posible permanentemente, pero la cabeza de esas personas funciona de distinta forma a la de la mayoría, son personas en cuyo diccionario no existe la palabra capricho ni sus derivados como “caprichito” o “caprichazo”, son como el granjero de la parábola.
Al resto de los humanos, más nos vale ser planificadores como Ulises y elaborar un plan con el que no tengamos que depender de nuestro autocontrol para triunfar o lo llevaremos crudo.
Este método tiene también otra gran ventaja: una vez que sabemos que hemos ahorrado lo planeado, podremos darnos los caprichos que queramos sin remordimientos. Esto es fundamental, porque nos permitirá disfrutar del proceso de ahorro/inversión que, como hemos visto, es un proceso largo.
Otra ventaja es que, con un poco de suerte, aumentar el importe que ahorremos puede no ser difícil. Si tenemos la suerte de que nos suben el sueldo, podremos dedicar la mitad de esa subida al ahorro y de esa forma tendremos más dinero para ahorrar y más dinero para gastar que antes de la subida, todo sin sacrificar nuestra calidad de vida. Esto además hace que, aunque empecemos ahorrando un importe pequeño, podamos aumentarlo con el tiempo para cumplir nuestros objetivos.
Es probable que, si estas leyendo esto ya sigas algún método de ahorro similar, por lo que quizás lo que deberías hacer es felicitarte a ti mismo y pensar en algún amigo al que le podría venir bien leer este artículo. No obstante, si no estás ahorrando, ya no te quedan excusas, ¿a qué estás esperando para empezar?
¡Ah!, y recuerda que el ahorro es solo el primer paso, después hay que invertirlo. Si dejamos el dinero muerto de risa en la cuenta no le vamos a sacar todo su potencial.
[1] 4€ por cajetilla al día son unos 1.500€ al año
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