UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Bienvenidos de nuevo, esperamos que hayáis tenido un gran verano, pero ahora toca afrontar la vuelta al trabajo y la verdad es que cuesta. Por lo tanto, seremos breves porque seguramente tengáis el buzón de entrada echando humo.

 

Agosto ha sido un mes tranquilo, o no, todo depende de a quien le preguntes.

 

Ha sido un mes tranquilo para un inversor americano, porque ha visto como poco a poco su bolsa recuperaba máximos históricos pese al ruido político y a algún dato económico mejorable. El caso es que la economía americana sigue viento en popa y el mensaje que mandan las compañías en sus reuniones con analistas sigue siendo muy positivo.

 

Gracias a la subida de la bolsa americana, especialmente apoyada por las compañías tecnológicas, tampoco ha sido un mes estresante si eres un inversor en renta variable global, porque el índice global ha terminado el mes subiendo ligeramente.

 

Esto pese a que sigue el baile de Trump y sus aranceles. El ritmo del baile sigue progresando como ya hemos comentado en el pasado: un pasito p’alante, un pasito p’atrás. Amenaza de uno, amenaza de otro, diálogo y volver a empezar.

 

¿Y qué ocurre con China?

 

Así, durante el mes ha habido amenazas a China y de China, diálogo y no diálogo con China y Europa, se ha cerrado un nuevo pacto con Méjico, pero a la vez se ha llegado a la fecha límite de negociaciones con Canadá sin pacto. Pero tranquilos, las negociaciones con Canadá seguirán, porque las amenazas de Trump son para conseguir mejores tratos, no para romper la baraja.

 

Pero... Dios quiera que no seas turco o un inversor en activos turcos, porque vaya mes han tenido los pobres. La Lira Turca se ha devaluado frente al dólar más de un 20% en agosto y en los últimos 12 meses la caída se acerca al 50%.

 

Esto es un desastre para los turcos porque, como hemos explicado en otras ocasiones, supone que, si eres turco y te quieres ir de viaje a Nueva York, ahora no te cuesta un poquito más que hace un año, no, ¡TE CUESTA EL DOBLE!, y así con cualquier cosa que se quieran comprar que venga de fuera de Turquía.

 

Y realmente el problema no es ese, porque esas cosas te las puedes comprar o no, el problema es que las empresas turcas han estado pidiendo prestado en dólares y cuando toque devolver el préstamo les va a costar el doble de liras que hace un año.

 

No obstante, nosotros no somos turcos sino españoles y eso quiere decir que ahora irnos de vacaciones a Turquía nos cuesta la mitad, ¡Como molan los mercados cuando nos favorecen!

 

También podría haber sido más tranquilo el mes para un inversor europeo, que ha visto como las bolsas bajaban, especialmente las de la periferia, y las primas de riesgo subían. Aquí el mercado sigue acusando la incertidumbre política, especialmente la italiana, y las luchas arancelarias con Trump.

 

En resumen, el panorama económico sigue siendo sólido en casi todos los sitios que nos deberían importar (EEUU y Europa), pero el ruido político en Europa es demasiado alto como para dejar que algunos mercados se guíen por la evolución económica.

 

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