UN ECONOMISTA CON UNA SOLA MANO
20/08/2020
Cuando le preguntas a un economista su opinión sobre algo siempre suele dártela, para inmediatamente después decir: “por otro lado…” (que en inglés se dice: “en la otra mano”[1]) y darte la versión opuesta.
Tanto es así, que cuando Harry Truman era presidente de los Estados Unidos llegó a decir que ya estaba harto de los economistas con dos manos, que le trajeran de una vez un economista que solo tuviera una mano.
Esta es la forma que tienen los economistas de admitir que su trabajo es imposible, porque nadie puede predecir lo que va a hacer la economía, como mucho se puede intentar elaborar un rango de escenarios.
Pero ¿por qué es tan difícil saber lo que va a hacer la economía o la bolsa? Al fin y al cabo, datos e información no nos faltan.
El problema es que depende de muchísimas variables, que además están interconectadas unas con otras y el tener tanta información muchas veces no solo no ayuda, sino que confunde y además nos lleva a estar más confiados de lo que deberíamos en nuestras predicciones.
Por ejemplo, si nos preguntan en un problema de física cuánto tarda un tren en ir de Madrid a Valencia si tiene que recorrer 300 km y va a 100 km/h, no hace falta ni que lo calculemos, sabemos que tarda 3 horas y que va a tardar eso siempre.
Pero ¿y si es en la vida real? Algunas veces tardará 3 horas; otras tardará 4 horas porque se rompe algo; otras ni sale; etc.
¿Y si el tren operara en los mercados?
Pues igual acaba en Badajoz porque aparece un Tsunami enorme que lo arrastra todo a su paso.
Muchas veces nos creemos que los datos económicos son como los del problema de física y que simplemente los metemos en la calculadora y tenemos un resultado perfecto y preciso, pero lo cierto es que la mayor parte del tiempo hay retrasos y demás sucesos que alteran todo en una especie de “efecto mariposa” de consecuencias impredecibles.
Por si eso fuera poco, de vez en cuando aparece un Tsunami, como el de los banqueros del Monopoly, que se lleva todo por delante y hace que pasen cosas inimaginables, como que tengamos que pagar por prestar dinero o que un tren que iba a Valencia aparezca en Badajoz.
Todo esto muchos economistas lo saben en su interior y por eso suelen “usar las dos manos”.
Por eso, es mejor aplicarse el famoso dicho:
“Es difícil hacer predicciones, especialmente sobre el futuro.”
[1] En inglés por un lado y por otro lado se dice: “on the one hand”, “on the other hand”.
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