COMIENZA LA GUERRA COMERCIAL: ¡PREPÁRESE!
19/07/2018
Siempre nos ha gustado observar las consecuencias y acciones que se esconden detrás de las palabras de las personas en general, y aún más si se trata de personajes de dominio público que deciden sobre la calidad de nuestras vidas.
Este pasatiempo se ha vuelto todavía más entretenido desde la aparición política de Donald Trump, dado que no solo se le llena la boca con facilidad, sino que además gracias a Twitter ya no solo se le llena en eventos públicos sino en cualquier momento.
Así, aquí en Europa hemos vivido y seguiremos viviendo, hasta su salida en 2019, bajo el paraguas del “Whatever it takes” de Mario Draghi, y estamos comenzando a saborear los efectos del lema de Donald Trump “I will make America great again”[1].
Mientras que Draghi ha conseguido su objetivo a través de la política monetaria[2], Trump está intentando conseguir el suyo con medidas fiscales y comerciales, siendo precisamente estas últimas las que han centrado el foco de sus tweets estos últimos meses.
A lo largo del mes de junio hemos asistido a declaraciones sobre imposiciones de aranceles de America hacia China y viceversa. No satisfecho, Trump ha decidido sumar en sus amenazas a Europa…. Que por supuesto no ha tardado en contestar con otros aranceles.
Pero ¿qué es un arancel y por qué preocupa tanto a los mercados?
El arancel es una tasa que se aplica a los bienes importados, un impuesto que hay que pagar para poder disfrutar de un producto o de un servicio que viene de otro país.
Para las empresas exportadoras tiene un impacto muy negativo, porque aumenta el precio de sus productos en el extranjero. Para las empresas importadoras tampoco es beneficioso porque deben pagar más por las materias primas que utilizan en sus procesos. Y para nosotros los consumidores la aplicación de aranceles se convierte en un aumento del coste de los productos.[3]
Es por estos impactos en nuestros bolsillos y los de las empresas que cada vez que Trump “estornuda” un arancel nuevo los mercados de renta variable mundial tiemblan.
Así, si miramos a la rentabilidad de los mercados, China parece ser la gran perdedora (con una caída generalizada del 22% desde los máximos de enero) mientras que en America la perdida ha sido muy limitada, con el Dow Jones perdiendo apenas un 5% y el índice S&P 500 manteniendo el tipo sin apenas pérdidas.
¿Cómo le afecta a Europa?
Quien más, quien menos, todos los países europeos se han visto penalizados. Alemania, la gran exportadora de coches, no levanta cabeza; y lo mismo le pasa a la bolsa de Londres, que está muy vinculada a las materias primas, en concreto a mineras y petroleras. No tenemos que olvidarnos de que China es el primer importador mundial de materias primas.
España también está en la ecuación, pero de forma más indirecta. Nuestro país tiene más intercambios económicos con los países sudamericanos y, por lo tanto, los impactos se generarían por una reducción generalizada de la actividad comercial de estos países, no directamente por el comercio con América o China.
Según las estimaciones de Bank of America, el 27% del PIB europeo viene de las exportaciones, más que en China, donde las exportaciones pesan solo el 21%. Por eso Factset estima que un cuarto de los beneficios generados por las empresas del Eurostoxx proviene de las exportaciones.
¿O sea, que sería Europa la que al final sale perdiendo en esta guerra entre China y América?
Por el momento, todo parece indicar que Trump está consiguiendo su objetivo de fortalecer su patria, dado que los activos americanos están dando satisfacción a sus inversores. En concreto en junio el dólar se ha fortalecido frente al Euro y los bonos americanos han subido en precio.
Aun así, un estudio de Bank of America pone en evidencia como las empresas americanas han incrementado en un 40% sus beneficios en los últimos 20 años gracias a las exportaciones, vamos que la globalización también ha dado alas a las empresas americanas.
Además, ese mismo estudio estima que la imposición de unos aranceles del 10% generaría una reducción de los beneficios del 4%, sin contar los efectos indirectos. Lo más curioso es que las amenazas hablan de un impuesto del 25%, no del 10% como en la simulación.
Por lo tanto, en el corto plazo puede parecer que America saldría beneficiada, pero en el medio-largo plazo esta todo por ver ya que los datos apuntan a lo contrario. Parece que en realidad a nadie le beneficia que todas estas amenazas dejen de ser amenazas y se materialicen realmente.
En conclusión, nos espera un verano de lo más animado: disfrútalo y coge fuerza para la vuelta porque seguro que no nos faltaran sorpresas y/o sustos.
[1] En su versión en castellano sonarían algo así como: “Haré lo que haga falta para evitar el colapso del Euro y de sus países miembros”, por parte de Draghi; mientras que para Trump seria: “Conmigo, América volverá a ser la primera potencia mundial en el ámbito económico y político”.
[2] La política monetaria es el conjunto de decisiones tomadas por los bancos centrales para definir cuánto cuesta el dinero, o sea, el tipo de interés que te paga el banco sobre tu deposito o el interés que pagas por tu hipoteca.
[3] Por eso un iPhone cuesta menos en EEUU que en Europa aun teniendo en cuenta el tipo de cambio.
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