canicas

 

 

UN SACO DE CANICAS. ASÍ FUNCIONAN LOS BONOS

No es lo mismo prestarle canicas al mejor jugador de canica del colegio, que prestárselas a un paquete.

 

En este artículo intentaremos explicar con una analogía de niños cómo funcionan los bonos.

 

Imaginemos que tenemos 90 canicas y un amigo, Juan, nos pide que se las prestemos durante los 10 meses que dura el curso escolar para jugar con ellas y que a cambio nos devolverá 100 canicas a final de curso[1].

 

Lo primero que nos plantearíamos es qué pasa si Juan no quiere devolvernos las canicas, o peor, que pasa si no puede devolvérnoslas porque las ha perdido jugando. Si nos preocupan esos casos, podemos decidir que no se las prestamos, o podemos decirle que se las prestamos pero que nos tendrá que dar más canicas para compensarnos por el riesgo que corremos.

 

Como entenderéis no es lo mismo prestarle nuestras canicas al mejor jugador de canica del colegio[2], que prestárselas a un paquete. En el primer caso le deberíamos pedir muchas menos canicas[3] a final de curso que en el segundo.

 

Tampoco es lo mismo prestárselas a uno que tiene una fábrica de canicas[4], que prestárselas a alguien que no tiene canicas ni forma de fabricarlas.

 

O prestárselas a uno que desde que está en el colegio siempre ha devuelto las canicas que le han prestado[5], que prestárselas a uno que es nuevo en el cole ese año y que sospechamos que se ha cambiado de cole varias veces para no devolver las canicas que debía.

 

Tampoco exigiríamos lo mismo si nos dicen que las canicas nos las devuelven a la vuelta de verano en vez de a final de curso, porque el riesgo de que NO nos devuelvan lo nuestro es también mayor cuanto más tiempo dure el préstamo.[6]

Es decir, en general cuanto mayor es el riesgo de que NO nos devuelvan lo nuestro y cuanto más tiempo renunciemos a disfrutarlo, más pediremos a cambio.

 

Pero bueno, supongamos que el riesgo de que Juan NO nos devuelva las canicas es muy bajo o nulo. En ese caso, desde el momento en que le prestamos las 90 canicas sabemos cuántas canicas vamos a tener a final de curso, 100[7].

 

Esto, amigos míos, es un bono visto de manera simple. Mientras Juan mantenga su capacidad y su voluntad de pagarnos, sabemos en el momento de hacer el préstamo de 90 canicas que es lo que vamos a obtener cuando se acabe el mismo, 100 canicas.

 

Vamos a complicarlo un poco más porque hasta aquí solo éramos dos, nosotros y nuestro amigo Juan, pero en el cole hay más niños.

 

Por lo tanto, supongamos que uno de esos niños, Pedro, se acerca el segundo mes de curso y nos ofrece darnos hoy 95 canicas por traspasarle a él el préstamo que le hicimos a Juan y que le dará derecho a recibir 100 canicas a final de curso. Esto ya se pone mucho más interesante, porque íbamos a recibir 100 canicas a final de curso, pero Pedro nos está ofreciendo 95 ahora por el derecho a recibir él 100 a final de curso.

 

¿Cuál es el problema?

 

El problema es que desconocemos las razones por las que Pedro nos ofrece tanto, quizás sus padres le han regalado muchas canicas y le sobran, quizás sabe algo que no sabemos, o quizás Juan ha encadenado una buena racha ganando partidas y Pedro piensa que la racha de Juan continuará. No lo sabemos, pero el caso es que decidimos aceptar[8].

 

Pasan los meses y resulta que Pedro es algo inestable, vuelve a hablar con nosotros y nos ofrece vendernos el mismo préstamo por 85 canicas[9]. ¡Vaya!, aquí estábamos nosotros pensando que sabía algo que no sabíamos y resulta que ahora nos ofrece una ganga, ¡Podemos ganar 15 canicas! Quedan 3 meses de curso así que deberíamos recibir 100 canicas en 3 meses a cambio de darle ahora 85 canicas. Nos parece el trato de nuestra vida.

 

Pero… ¿y si Pedro no es inestable?, ¿y si, ahora sí, sabe algo que no sabemos como que nuestro amigo Juan se va a cambiar de colegio y no va a devolver las canicas? Llegados a este punto tenemos dos opciones: pensar que Pedro sabe algo que no sabemos o confiar en nuestro análisis inicial, y actualizado, de que es imposible que Juan no nos pague y aprovecharnos de la volatilidad emocional de Pedro. De hecho, lo más probable es que Juan esté atravesando una mala racha y haya perdido un par de partidas seguidas y eso haya asustado a Pedro.

 

Es curioso porque como podéis comprobar el préstamo siempre fue el mismo, 90 canicas a principio de curso que le prestamos a Juan y que serán 100 a final de curso[10].

 

No porque alguien de pronto nos ofrezca mucho por el préstamo[11] significa que nuestro amigo Juan va a devolver más de 100 canicas, él siempre iba a devolver 100 canicas independientemente de lo que nos ofrezcan por el préstamo.

 

No obstante, el atractivo del préstamo ha ido cambiando mucho según las ofertas, a un determinado precio ya no había 10 canicas a ganar sino solo 5 y en cambio en otro momento había 15, pero en ambos casos se iban a recibir las mismas canicas a final de curso.

 

Como veis, algo que era tan simple como prestar 90 canicas a principio de curso y obtener 100 a final de curso se vuelve muy complicado y retorcido cuando alguien nos empieza a hacer ofertas por el camino.

 

La clave para gestionar estas situaciones, que se producen todos los días en los mercados, es que las ofertas no nos hagan cambiar de opinión sobre si nuestro amigo Juan va a devolvernos las canicas o no. Primero deberíamos decidir, sin mirar las ofertas, si nos las va a devolver y luego, en función de las ofertas, decidir si aprovecharnos de ellas o no[12]. Si somos capaces de hacer eso, las ofertas[13] serán nuestro sirviente y no al revés.

 

No te quedes solo con esto, descubre más en el siguiente artículo "Un negocio de canicas" y verás cómo funcionan las acciones.

 

 

[1] En el artículo usamos las palabras bono y préstamo indistintamente para explicar la renta fija porque lo que queremos explicar es el concepto de prestar dinero y devolver intereses a cambio. Realmente hay muchos tipos de bonos y préstamos, y los bonos y los préstamos suelen tener condiciones distintas. El ejemplo que se pone aquí es en realidad un bono cupón cero

[2] Sería el equivalente a prestarle dinero a una empresa que gana mucho dinero

[3] Intereses

[4] Sería como prestar dinero a un país que puede imprimir billetes con los que pagarnos

[5] Sería como una empresa que siempre haya repagado sus deudas

[6] Por eso, generalmente, cuanto más dure el préstamo más interés se exige a cambio

[7] Las 90 que le préstamos y nos devolverá y las 10 que obtenemos a cambio de dejárselas. Todo se paga a final de curso, por eso es un bono cupón cero, porque no tiene pagos periódicos (cupones) sino que se paga todo al final

[8] Nosotros nos quedamos con 95 canicas, por lo que ganamos 5, y Pedro se queda con un préstamo que le da derecho a recibir 100 canicas a final de curso

[9] Por lo que perdería 10 canicas dado que nos pagó 95 en su momento

[10] Equivalente a comprar un bono a 90 que me devuelve 100 a vencimiento

[11] bono

[12] por ejemplo, ganando 5 canicas ahora y no esperar a final de curso para ganar 10

[13] el mercado

 

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